En cada creación parto de una necesidad muy personal, de cuestiones que quizás no logro entender, que debo investigar, resolver, desmenuzar. Son como caminos de estudio de vida que se te van revelando, si es que te das el tiempo para observar la realidad; todo está allí, como ventanitas que uno tiene que estar abriendo. Esto me obliga muchas veces a posicionarme frente a ciertos temas de la realidad de la sociedad, como es el lugar de la mujer, la exclusión o la imposición de modelos de vida reductivos. A partir de ello, he trabajado distintos temas como la expansión de la percepción, o la relación entre la ficción y la realidad, o la capacidad que tenemos para crear sentido y poesía a partir de cosas muy sencillas, como movimientos cotidianos, pedazos de papel, retazos u otros. Me inspiro mucho en las artes visuales, me gustan las materias, las texturas, el arte conceptual y al mismo tiempo las danzas tradicionales del Perú. Me interesan las relaciones entre lo precolombino y la vida actual, el sincretismo en el que vivimos aquí. Me interesa que el arte interrogue al público, que no describa o represente nada, que despierte preguntas y descubra nuevas maneras de percibir el mundo. Me gusta trabajar en las grietas, en los vacíos, en las interrogantes, no en las certezas, desconfío de ellas. Y también me da mucho placer confiar en lo que no conozco, y dejar que los materiales me guíen, los colores, las texturas, el espacio, los espacios que somos capaces de crear con los cuerpos; intento ser más intuitiva en este mundo en donde todo parece formateado.